martes, 2 de agosto de 2011

Templo del Señor de Santa Teresa, Hacienda de El Carro, Zacatecas

Una de las recompensas más gratas que sin duda he tenido recientemente fue el haberme aventurado llegar a Villa González Ortega en Zacatecas en una larga jornada brincando de un Estrella Blanca a un taxi para luego cambiar a una combi que fue la que finalmente me dejó a varias cuadras en las que, desde lo lejos, solo destacaba una cosa: el hermoso, en extremo, templo del Señor de Santa Teresa que fue la capilla de la Hacienda de El Carro.

Está mal decir que esto es una capilla, pues no lo es, sino un templo parroquial, solo que, cuando fue construido, en 1850 se levantó en donde me imagino existió la capilla original de la Hacienda, pero como eran tiempos de bonanza, el dueño, uno de los más ricos de la época, don Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio de la Campa y Cos, tercer marqués del Jaral de Berrio y cuarto conde de San Mateo Valparaíso tuvo el capital suficiente para levantar esto que nos sorprende hoy día. Si no estás muy metido en el asunto de genealogías, te comento que estamos frente a los dos portentos de riqueza del XVIII, por un lado los Moncada y Berrio, por el otro los Campa y Cos.

Recordarás que hemos dedicado muchos artículos sobre la Hacienda del Jaral y sus propietarios, ahora la historia me empieza a ser más cuerda, recorriendo Zacatecas vemos como se fueron hilvanando los linajes en esta zona del país. El templo se llevó cinco años de construcción, para 1855 El Señor de Santa Teresa estaba ya listo.

El nombre es un tanto cuanto particular, pero si recordamos que uno de los primeros Cristos que se trajeron de la vieja España a la Nueva España fue precisamente el llamado Señor de Santa Teresa, Fue hacia 1540 que Alonso de Villaseca, acaudalado minero del Real de Santa Fe de Guanaxuato donó un Cristo, el de Ixmiquilpan-Santa Teresa... tiempo en el que aun no se descubrían las riquezas de Zacatecas.

Si bien la idea de levantar este abrumador templo fue de don Juan Nepomuceno, no fue él quién lo vio terminado, pues muere precisamente el año en que se inicia la construcción, así pues, cuando el Marqués del Jaral de Berrio vivió, fue en el tiempo en el que la Hacienda se llamaba de Nuestra Señora de los Dolores, consecuentemente, como era la tradición, la advocación mariana de la Dolorosa era la que presidía el altar mayor cuando allí existía una capilla.

Don Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio tenía un fiel administador, fue el que le llevó primero el negocio de la Hacienda de Trancoso, adquirida en plena revolución de Independencia y luego pasó a la de Nuestra Señora de los Dolores de El Carro, nombre oficial de la propiedad, seguramente Rafael Carrera Delgado era coetáneo del Marqués del Jaral de Berrio, consecuentemente no vio finalizada la magna obra.

En esta toma del altar mayor, que me tocó visitar cuando había una ceremonia de Presentación, tradición vigente e importante, en las comunidades rurales, podremos entender mejor el concepto. Al centro, en la parte más importante, aparece el Cristo de Santa Teresa, a la izquierda vemos a Nuestra Señora de los Dolores, como balance a la derecha aparece San Juan, su sobrino... Cada que recuerdo la relación familiar de la Virgen, se me viene a la cabeza la canción aquella: "Ay Señor San Juan, sobrino de la Virgen, alejanos del mal, que no nos mortifique..."

Así pues, no fue en tiempos de don Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio que el templo se consagró, sino en tiempos de Mariano de los Santos Guadalupe Moncada y Hurtado Mendoza (1819-1882) quien a los 36 años quizá asistió a esa Misa inaugural... me puedo imaginar el evento...

Fíjate bien en lo que hay en la parte alta de la nave, un balcón, este balcón es falso, se construyó para dar el equilibrio y la simetría tan característica de lo que es un recinto en el auge del neoclásico.

Creo sale de sobra emitir comentario alguno sobre la extraordinaria cúpula del Templo del Cristo de Santa Teresa en la Villa González Ortega... razones hay de sobra para que este recinto haya sido incluido en el catálogo del Patrimonio de la Humanidad, asociado al Camino Real de Tierra Adentro.

Ahora sí, estamos en el balcón del lado derecho, si lo vemos estando de espaldas al altar mayor; este era el palco desde el cual la familia del hacendado atendía a la misa, para ello se construyó un puente que conectaba a la Hacienda de El Carro con el Templo... ahora podremos entender por qué una de las últimas dueñas de la hacienda, La Niña Conchita, la monja María Concepción Moncada y Murguía... sigamos disfrutando de la magnificencia de este templo, sin lugar a dudas, el más hermoso que te he presentado (en lo que va de este 2011).









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